viernes, 5 de agosto de 2016

PROFECÍAS DEL PASADO, REALIDADES DEL PRESENTE

Como se ha dicho muchas veces, la tecnología está desatada y en muchas ocasiones va a tal velocidad que se autofagocita. Algo novedoso hoy puede ser una triste antigualla mañana. 

Cada vez que nos levantamos tenemos noticias de nuevos avances, descubrimientos o pruebas realizadas y muchas veces se han posteado noticias curiosas que podrían ocurrir en un futuro cercano. 

Hoy vamos a echar la vista atrás. Vamos a ver cuantas de esas espectativas que teníamos en el pasado se han convertido en realidad en el presente.

En 1899 el artista Jean-Marc Côté imaginó un futuro a través de las postales que dibujaba. Un futuro en el que el hombre podía volar y criar a los animales mediante máquinas. Vaya locura!!


Algo más adelante, en 1912 apareció en la revista Modern Electrics un artículo  sobre un dispositivo para establecer vídeo llamadas. Estas no se llevaron a cabo hasta 1964 gracias a AT&T.

Corría el año 1916, Primera Guerra Mundial. Salían artículos sobre nuevas armas. Una de estas armas era un tanque eléctrico. En aquella época la dependencia de combustibles empezaba a ser patente y un tanque que produjera su propia energía no era mala idea. A día de hoy la gasolina sigue ganando esta batalla.

Los robots y las casas inteligentes o como ahora las conocemos, casas domóticas empezaban a ser un sueño en 1932. Una persona podría controlar funcionalidades de su casa sin moverse del sillón.


A partir 1943 la tecnología empezó a tomar fuerza en los negocios. Era muy llamativo y atrayente aquéllas empresas que utilizaban ciertas tecnologías como el vídeo teléfono. Ciertamente nunca se demostraba si la compañía en cuestión realmente usaba esto, lo más seguro es que no.

Ya en 1945 la revista Wireless World soñaba con un mundo sin cables, lleno de satélites para transmitir la información de un lugar a otro del mundo. Podríamos decir que ha día de hoy estamos en plano apogeo de esta tecnología.

Hoy en día estamos con los Smartphone y los Smartwatch que no vivimos. Cambiamos de móvil cada poco y el que se lo puede permitir se comprar un wereable por aquello de fardar pero en 1950 ya pensaban en esto.


También, por el 1953 se empezó a fantasear con las ciudades del futuro e incluso las ciudades en el espacio. Francamente, a día de hoy aún seguimos fantaseando.

Parece ser que entre 1958 y 1959  ya preocupaba el cambio climático puesto que salían dibujos de coches impulsados por energía solar. Era la época dorada de la industria automovilística y cualquier idea era buena para posicionarse en el mercado. También aparecían ilustraciones de casas que funcionaban mediante este tipo energía.

Para terminar hablaremos del los televisores. Estamos en 1970. No muy lejos de aquí. Se hablaba de televisores cada vez más pequeños, hasta ser portátiles y de modelos con multipantalla para ver varias programaciones a la vez.


Como veis lo que empieza siendo una locura termina por convertirse en una realidad. Y eso que no nos hemos metido en el mundo de los ordenadores. El mundo evoluciona, la tecnología evoluciona y lo que hoy nos parece imposible mañana podemos estar comprándolo para poder fardar en el trabajo.

martes, 2 de agosto de 2016

HAMBURGO PROHIBE LAS CÁPSULAS DE CAFE

La noticia es bastante sorprendente. Hamburgo se convierte en la primera ciudad en la que se prohibe la utilización de las cápsulas de café en lugares gubernamentales. Tassimo, Dolce Gusto y demás dosis de cafecitos han sido restringidas ¿Por qué? Por tratarse de embases contaminantes.


Pero no se queda ahí la ciudad alemana. Tiene intención de suprimir la compra pública de materiales como platos de plástico, agua embotellada y productos de limpieza con altas dosis de cloro. Parece ser que le ha dado el arreón ecologista.

Para facilitar las cosas a sus habitantes la ciudad ha sacado una lista con los productos en cuestión y sus posibles alternativas. Después de todo, parece que hay ciudades que se preocupa por el medio ambiente.

¿Por qué las cápsulas de café? Son muy cómodas y nos facilitan la vida ¿No? Sobre la mesa hay varios motivos por los cuales deberíamos de volver a las cafeteras tradicionales.  El primero de ellos es que la fabricación de estas cápsulas genera una cantidad muy alta de residuos y entre estos residuos tenemos plástico y aluminio. Otra razón más es que para almacenar 6 gramos de café necesitamos 3 gramos de cápsula, una proporción no muy económica.

Desde el año 2000 se han fabricado una cantidad enorme de estas cápsulas, podrían dar la vuelta al mundo 12 veces, casi nada. 12 vueltas de plástico y aluminio.

Como siempre y cuando se trata de reciclaje, también el consumidor tiene su parte de responsabilidad. Los fabricantes saben que las cápsulas son difíciles de reciclar y en algunos lugares tienen puntos de recogida pero... ¿Las llevamos a esos puntos?


Hay compañías que se han anticipado a todo este jaleo sacando cápsulas biodegradables como Senseo de Phillips.

Al final es cosa de todos. Que cada parte asuma su responsabilidad. Todos podemos participar para un futuro mejor con pequeños gestos que dejan un gran legado.